Los problemas de movilidad en Quito han ido empeorando en los últimos meses, la actual administración afronta varios retos en cuanto tiene que ver con la gobernación.
La principal dificultad tiene que ver por las inconsistencias que se presentaron en el anterior mandato con autoridades que continuaban ejerciendo sus deberes a pesar de poseer grillete. La desorganización fue tremenda. El contratiempo se debe a la congestión por el crecimiento del parque automotor que supera los 600.000 autos, con una tasa de crecimiento aproximada del 7,5 % anual durante los últimos 10 años, que con ayuda de “Hoy no circula” logró regularizar el tránsito, sin embargo, no es suficiente para mejorar la circulación.
En Quito el promedio de movilidad en tramos de 15 a 20 kilómetros de distancia supera los 60 minutos en horas pico.
Una alternativa, que busca el descongestionamiento, es el metro de Quito que lleva desde el 2017 en construcción sin una fecha fija de inauguración. Este proyecto de movilidad se llevó a cabo durante dos administraciones municipales (Mauricio Rodas y Jorge Yunda) dejando la responsabilidad a una tercera. Como vías alternas al uso de medios de transporte particulares está el servicio público que tampoco ofrece calidad en su prestación, por otro lado, el uso de bicicletas además de ser un medio para evitar el tráfico es amigable con el ambiente. Se debe tomar en cuenta la colocación de más vías de acceso al área urbana, también mejorar la seguridad y calidad de servicio que brinda el transporte público como mejorar las paradas de buses al igual que gestionar las rutas y alimentadores para que la ciudadanía utilice estos medios para bajar el tráfico.
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